Después de completar su gira diplomática por China y una visita oficial al Vaticano, el presidente Gustavo Petro tiene previsto llegar a Barranquilla en tres días, donde realizará un anuncio crucial para el rumbo político y social de su gobierno. La declaración girará en torno a la posibilidad de convocar o no a un paro nacional, una medida que estaría impulsada por sus militantes, centrales obreras y sindicatos en respuesta al hundimiento de la consulta popular en el Senado.
La consulta popular representaba una de las principales apuestas del Ejecutivo para avanzar con sus reformas sociales, especialmente ante la falta de consenso en el Congreso. Su archivo en la Cámara Alta ha generado frustración en sectores del oficialismo y de los movimientos sociales aliados al Gobierno, que ahora evalúan medidas de presión ciudadana, entre ellas el paro nacional.
La decisión final sobre esta movilización será tomada el fin de semana durante las asambleas municipales de las organizaciones sociales y políticas vinculadas al proyecto de Petro. Mientras tanto, desde el Congreso y el gabinete ministerial se trabaja contrarreloj para encontrar salidas jurídicas o legislativas que permitan revivir la consulta o proponer un mecanismo alternativo de participación popular.
El anuncio en Barranquilla no solo será una señal de la estrategia que asumirá el presidente frente al bloqueo legislativo, sino que también podría marcar el inicio de una etapa de mayor confrontación política, movilización ciudadana y presión institucional por parte del Gobierno y sus bases sociales.
