El Congreso dio un nuevo paso en la aprobación de la polémica reforma a la salud, impulsada por el gobierno de Gustavo Petro, con el objetivo de transformar el sistema sanitario del país. La iniciativa busca fortalecer la atención primaria, aumentar el rol del Estado en la gestión de recursos y reducir la intermediación de las EPS, entre otros cambios estructurales.
Aunque el gobierno celebra este avance como un logro hacia un sistema más equitativo, la oposición y sectores del gremio médico han expresado preocupación por posibles afectaciones al acceso y calidad de los servicios. Los críticos advierten sobre el riesgo de centralización excesiva y falta de claridad en la financiación de la reforma.
Puntos clave de la reforma:
• Creación de un sistema público más robusto, con énfasis en la prevención.
• Reducción del papel de las EPS, que pasarían a ser gestoras de servicios.
• Mayor control estatal en la asignación de recursos del sistema de salud.
• Integración de redes de atención para garantizar servicios en zonas rurales y apartadas.
La discusión sigue abierta en el Senado, donde se esperan ajustes antes de su aprobación definitiva. Entretanto, diversos sectores sociales han anunciado marchas para expresar tanto apoyo como rechazo a la reforma.
