Clima político se enrarece tras audios sobre posible atentado al alcalde Galán y ataque a Miguel Uribe

Una fuerte conmoción causaron en el ámbito político los audios revelados recientemente sobre un posible atentado en contra del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán. La reacción de congresistas de todas las orillas ideológicas fue inmediata y unánime: calificaron la situación como “aterradora” y exigieron a las autoridades una investigación rigurosa, oportuna y transparente que permita esclarecer si se trata de una amenaza real y quiénes estarían detrás de este presunto plan.
Tanto legisladores del oficialismo como de la oposición expresaron su rechazo categórico a cualquier manifestación de violencia política. Esta reacción transversal da cuenta de la gravedad con la que fue recibida la denuncia, especialmente en un momento de alta polarización en el país y con un historial preocupante de ataques y amenazas contra líderes políticos.
El caso ha sido vinculado también con el atentado reciente contra el senador Miguel Uribe Turbay, del partido Centro Democrático, lo que llevó a varios dirigentes a plantear la necesidad de determinar si existe un patrón común detrás de estos hechos o si se trata de incidentes aislados. En ambos casos, los blancos de las amenazas son figuras con alta exposición pública y roles de liderazgo que han sido críticos de diferentes sectores políticos, lo que despierta aún más sospechas.
Desde el Congreso, se ha pedido al Gobierno nacional y a los organismos de inteligencia actuar con prontitud y sin politizar las investigaciones. Algunos congresistas señalaron que es indispensable reforzar la seguridad de Galán y otros mandatarios locales, así como de congresistas que hayan recibido amenazas, para evitar que se repita la trágica historia de violencia política que ha marcado a Colombia durante décadas.
En medio del revuelo, también se ha hecho un llamado a la ciudadanía y a los actores políticos para bajar el tono del debate público, evitar la estigmatización y contribuir a un clima de respeto y garantías democráticas. La preocupación compartida por el posible atentado contra el alcalde de la capital muestra que, al menos frente a amenazas contra la vida y la democracia, aún es posible construir consensos en el Congreso.