Comunes enfrenta su mayor reto: mantenerse en el Congreso tras el fin de las curules garantizadas

El partido Comunes, surgido del acuerdo de paz firmado en 2016 entre el gobierno colombiano y la extinta guerrilla de las FARC, enfrenta uno de los mayores retos de su corta historia: mantenerse vigente en el escenario político nacional de cara a las elecciones legislativas de 2026. A pesar de haber obtenido representación directa en el Congreso como parte de los compromisos del acuerdo, la colectividad ha visto menguada su fuerza electoral, evidenciado en la drástica caída del 38 % en su votación entre los comicios de 2018 y los de 2022.
Sin acceso a todos los beneficios contemplados originalmente en el Acuerdo de Paz —como garantías plenas de seguridad y condiciones equitativas para hacer política—, y en medio de un entorno polarizado, Comunes ha tenido dificultades para consolidarse como una fuerza representativa. Además, enfrenta el desafío de conectar con un electorado escéptico, que aún asocia al partido con su pasado insurgente, y que ha optado por otras alternativas políticas, incluso dentro de sectores progresistas y de izquierda.
En este contexto, el partido está afinando una estrategia de supervivencia que combina el fortalecimiento del trabajo territorial, la búsqueda de alianzas con otras fuerzas políticas afines al proceso de paz, y la eventual reforma de las condiciones que regulan su participación política. Dirigentes de Comunes han expresado su intención de reforzar la presencia en las regiones, especialmente en aquellas donde la implementación del acuerdo ha tenido mayor impacto o donde el partido mantiene redes sociales y políticas activas. También contemplan alianzas con sectores del Pacto Histórico y movimientos sociales para lograr un mayor alcance en las urnas.
A nivel legislativo, el partido evalúa impulsar reformas que le permitan una mayor sostenibilidad política, ya sea a través de mecanismos que extiendan su acceso a curules transitorias o mediante la consolidación de una base electoral propia que le permita competir en igualdad de condiciones. La meta es clara: no desaparecer del Congreso una vez termine el periodo de curules garantizadas por el acuerdo, previsto para concluir en 2026.
En suma, Comunes se juega su futuro político en los próximos dos años. Entre la presión por reinventarse y la necesidad de mantenerse fiel a sus principios fundacionales, el partido buscará mantenerse como actor relevante en la transición hacia una paz completa y en la defensa de los derechos de los excombatientes y las comunidades más afectadas por el conflicto armado.