Congresista del Pacto Histórico enfrenta críticas por posible contradicción entre su negocio y discurso político

El congresista colombiano David Racero, perteneciente al movimiento Pacto Histórico y conocido por su firme respaldo a las reformas sociales del presidente Gustavo Petro, se encuentra en el centro de la controversia tras la revelación de presuntas inconsistencias en el manejo laboral de un establecimiento de frutas y verduras (fruver) de su propiedad.
La polémica gira en torno a denuncias que apuntan a posibles prácticas laborales que entrarían en contradicción con la agenda progresista que Racero ha defendido públicamente. En particular, el congresista ha sido un vehemente promotor de la reforma laboral impulsada por el Gobierno, la cual busca mejorar las condiciones de los trabajadores en el país, regular la tercerización y fortalecer los derechos laborales. Asimismo, Racero ha criticado con dureza a quienes se oponen a dicha reforma, calificando su postura como “mezquina”.
Sin embargo, este nuevo escándalo ha desatado una ola de críticas en su contra, especialmente desde sectores que lo acusan de hipocresía. Los detractores argumentan que sus acciones en el ámbito privado no reflejan los principios que defiende en la esfera pública. Aunque hasta el momento no se conocen todos los detalles del caso ni se ha confirmado una investigación oficial, la controversia ya ha puesto en entredicho su credibilidad y coherencia como legislador.
La situación plantea un dilema ético y político para Racero, quien deberá responder ante la opinión pública y aclarar si, efectivamente, sus prácticas empresariales vulneran las mismas normas que promueve desde el Congreso. En un contexto político altamente polarizado, este tipo de incongruencias pueden erosionar la confianza en las figuras que se presentan como adalides del cambio.