Petro advierte posible ruptura con el Congreso si se hunde la reforma laboral

La reforma laboral impulsada por el presidente Gustavo Petro enfrenta un panorama crítico en el Congreso, ya que ocho de los catorce senadores de la Comisión Séptima han manifestado su intención de votar en contra del proyecto. Estos legisladores, pertenecientes a partidos de centro y derecha, presentaron una ponencia para archivar la iniciativa, argumentando que las propuestas incluidas en la reforma son perjudiciales para la economía y el mercado laboral.
Entre los puntos más destacados de la reforma se encuentran la reducción de la jornada diurna hasta las 6:00 p.m., lo que ampliaría el recargo por trabajo nocturno, el aumento de los pagos por horas extras, festivos y dominicales, la ampliación de las licencias de paternidad y maternidad, y la formalización del trabajo digital. El Gobierno defiende que estas medidas buscan mejorar las condiciones laborales y reducir la precarización, mientras que los críticos aseguran que podrían aumentar los costos laborales y desincentivar la contratación formal, afectando la competitividad de las empresas.
Ante el riesgo de que la reforma sea archivada, el presidente Petro lanzó una advertencia pública, señalando que si el Congreso no aprueba este proyecto, se generará una ruptura entre el Legislativo y la Casa de Nariño. Esta declaración evidencia la tensión entre el Ejecutivo y el Congreso, ya que la reforma laboral es una de las iniciativas centrales del plan de gobierno de Petro para transformar las condiciones sociales y laborales en Colombia.
Actualmente, el Gobierno cuenta con el respaldo de cuatro senadores en la Comisión Séptima, por lo que necesita al menos un voto adicional para impedir el hundimiento del proyecto. Si la reforma es archivada en esta instancia, no podrá ser presentada nuevamente durante la actual legislatura, lo que representaría un golpe significativo para la agenda social del Gobierno. La próxima votación será clave para definir el futuro de la reforma y podría marcar un punto de inflexión en la relación entre el Congreso y la administración de Petro.