Debate por foto de exembajador: ¿propaganda estatal o estrategia de comunicación inclusiva?
Una reciente publicación del exembajador Moisés Ninco Daza generó una intensa polémica en el escenario político colombiano. En su cuenta de X (antes Twitter), Ninco compartió una imagen que muestra la llegada de varios periodistas de medios alternativos e influencers a un evento oficial del presidente Gustavo Petro en Barranquilla. Lo que encendió el debate fue que estas personas llegaron a bordo de una aeronave de la Policía Nacional.
El hecho fue inmediatamente señalado por sectores de la oposición como un posible mal uso de recursos públicos. Críticos argumentan que el transporte de figuras no pertenecientes al aparato estatal o a medios tradicionales en una aeronave oficial representa una utilización cuestionable del patrimonio estatal. Desde este ángulo, la acción puede entenderse como una forma de propaganda gubernamental financiada con fondos públicos, especialmente si los pasajeros no cumplen funciones oficiales.
Por otro lado, desde el oficialismo se defendió la decisión, indicando que no hay ninguna irregularidad en permitir que comunicadores e influencers acompañen eventos del gobierno, sobre todo si se busca una mayor cobertura y diversidad de voces en la comunicación estatal. Se argumenta que esta estrategia busca descentralizar la información y dar cabida a plataformas que usualmente no tienen espacio en los canales convencionales, especialmente en un contexto donde el gobierno ha mantenido una relación crítica con algunos medios tradicionales.
El episodio ha reavivado un viejo debate sobre la relación entre el poder político y los medios de comunicación, los límites del uso de recursos públicos para la difusión de mensajes gubernamentales, y el papel de los nuevos actores digitales —influencers y medios alternativos— en el ecosistema mediático del país. Hasta el momento, no hay una investigación oficial abierta, pero la controversia sigue escalando en redes sociales y foros de opinión pública.
