Arrancan las movidas presidenciales: Oviedo va por firmas y Amaya apuesta por Alianza Verde

En el escenario político colombiano, comienzan a definirse las cartas de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Dos figuras relevantes del ámbito regional y local han dado señales claras de sus intenciones de aspirar a la Presidencia de la República: el concejal de Bogotá, Julián Rodríguez Sastoque Oviedo, y el gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán Amaya.
Oviedo, quien actualmente ocupa una curul en el Concejo de Bogotá, ya presentó oficialmente su renuncia para iniciar su campaña presidencial. Su estrategia consistirá en lanzarse a través de un movimiento ciudadano por firmas, lo que implica recolectar un número determinado de apoyos para poder inscribir su candidatura sin el respaldo formal de un partido político. Esta decisión refuerza su apuesta por una campaña independiente, posiblemente apelando a un electorado joven y urbano que valora las propuestas alejadas de los partidos tradicionales.
Por su parte, Amaya, gobernador del departamento de Boyacá, está alistando su renuncia, que deberá hacerse efectiva antes del plazo legal que marca el inicio del calendario electoral. Su aspiración presidencial se encauzará a través del partido Alianza Verde, colectividad con la que ha tenido vínculos históricos y de la cual ha sido una de sus figuras destacadas en el nivel regional. Su eventual candidatura busca consolidar una opción progresista con raíces fuertes en los territorios y con un discurso centrado en la descentralización, la sostenibilidad y el desarrollo rural.
Ambos precandidatos deben dejar sus actuales cargos con suficiente anticipación para poder ser habilitados legalmente como candidatos presidenciales, de acuerdo con la normatividad electoral colombiana. Esto marca el comienzo de una etapa de definiciones en la que otros líderes políticos también deberán decidir si entran en la contienda o apoyan alguna de las candidaturas emergentes.
Estas movidas políticas anticipan una contienda presidencial que podría estar más fragmentada y competitiva que en ciclos anteriores, con aspirantes que buscan desmarcarse de las maquinarias tradicionales e impulsar narrativas de cambio desde distintos ángulos ideológicos y territoriales.