La reforma laboral se juega su última carta: Cámara decidirá si respalda versión del Senado

El Congreso de Colombia se alista para votar la conciliación del proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno del presidente Gustavo Petro. Esta iniciativa, que ya fue aprobada por el Senado, busca transformar aspectos fundamentales del régimen laboral colombiano con el objetivo de mejorar las condiciones de los trabajadores, especialmente de quienes tienen empleos precarios o informales.
La clave de la conciliación radica en que los conciliadores —tanto del Senado como de la Cámara de Representantes— decidieron acoger por completo la versión del proyecto que fue aprobada en la plenaria del Senado. Esto significa que los puntos que allí se discutieron y avalaron prevalecerán sobre lo debatido en la Cámara. Este procedimiento es legal y común en el trámite legislativo, pero en este caso adquiere particular relevancia por el contenido y el impacto del proyecto.
Entre los puntos más destacados del texto conciliado están:
• El restablecimiento de los recargos nocturnos a partir de las 6:00 p.m., lo que significa una mayor remuneración para quienes trabajan en horarios extendidos.
• El fortalecimiento de la contratación directa, con el fin de combatir la tercerización laboral abusiva y promover la formalización.
• La protección especial para trabajadores despedidos en medio de huelgas legales, así como nuevas garantías para la libertad sindical y la negociación colectiva.
• El impulso al empleo digno para jóvenes, mujeres y personas con discapacidad.
El panorama político, sin embargo, es complejo. Aunque el Senado ya dio luz verde a la conciliación, en la Cámara de Representantes todavía hay incertidumbre sobre si habrá los votos suficientes para ratificarla. El gobierno y sus aliados han intensificado los llamados a las bancadas para respaldar la iniciativa, ya que esta es una de las reformas bandera del presidente Petro. Por su parte, sectores de oposición y algunos gremios empresariales han manifestado preocupaciones sobre los posibles efectos de la reforma en el mercado laboral, especialmente en términos de generación de empleo y costos para las empresas.
Si la Cámara no aprueba la conciliación, la reforma se hundiría automáticamente, lo que representaría un nuevo revés para el gobierno en su agenda legislativa. Por eso, la jornada de votación se perfila como decisiva para el futuro de esta ambiciosa propuesta laboral.