*Llaneros FC: del agradecimiento a la urgente necesidad de cambio*

En el fútbol, como en la vida, los ciclos no solo se cumplen: se agotan. Y en Llaneros Fútbol Club, varios ya pasaron su fecha de vencimiento. Agradecemos, sí, a quienes nos ayudaron a alcanzar el ascenso, pero vivir del recuerdo no es opción en un torneo tan exigente como el BetPlay 2025-I, donde los resultados no mienten. El equipo terminó muy lejos de lo esperado, mostrando una versión pálida y predecible, desconectada de la ambición que alguna vez lo caracterizó.
Es innegable que el club ha crecido fuera de la cancha. Hay respaldo institucional, inversión privada y mejoras en infraestructura. Pero todo eso pierde sentido si el rendimiento deportivo no acompaña. El discurso de la continuidad ya no sostiene una plantilla que no compite con intensidad, ni responde a la idea de juego del técnico, que —aunque clara— parece encajonada en piezas que ya no dan más.
No se trata de romper procesos sin más. Se trata de asumir, con valentía, que algunos procesos cumplieron su ciclo y que seguir apostando por lo mismo solo retrasa el progreso. El equipo necesita refuerzos de verdad, no parches. Jugadores con hambre, físico, lectura táctica y liderazgo. No más apuestas tibias ni “confianza ciega” en nombres que no están rindiendo.
La salida de Juan José Pava, Juan Pablo Romero, Humberto Acevedo, José Eduardo Bernal, Nelson Cantillo, Roberto Hinojosa y Yadir Meneses debe marcar un antes y un después. No se trata solo de liberar cupos, sino de asumir que el plantel que subió ya no basta. A los que aún están —Urueña, Jhildrey, Kevin— el aplauso si se van con dignidad, pero el club necesita más que lealtad: necesita resultados.
Llaneros regresará a entrenamientos el 5 de junio con la responsabilidad de preparar una segunda mitad del año decisiva. En la Copa, un equipo sub-20 tomará el relevo. Decisión lógica, aunque también revela algo preocupante: no hay recambio inmediato en el primer equipo.
El camino es ineludible: cortar de raíz el conformismo, dejar atrás el sentimentalismo, y tomar decisiones estructurales. Esta tierra merece un equipo que compita de verdad. Llaneros no está en transición, está en deuda. Y es hora de empezar a saldarla.