Petro cuestiona el papel de Occidente en Ucrania y llama a una solución diplomática con Rusia

El conflicto en la Franja de Gaza ha alcanzado cifras devastadoras, con más de 50.000 muertos desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, según reportes del Ministerio de Salud de Gaza. La situación en el territorio palestino ha sido calificada como una crisis humanitaria sin precedentes, con millones de desplazados y graves dificultades para el acceso a alimentos, agua potable y suministros médicos. Organizaciones internacionales, incluida la ONU, han advertido sobre el riesgo inminente de hambruna debido a los bloqueos que impiden la entrada de ayuda humanitaria.
En medio de este contexto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha reiterado su postura crítica frente a los conflictos globales y ha advertido sobre la situación en Ucrania, sugiriendo que el país podría estar en riesgo de caer en una forma de colonialismo moderno. Según Petro, el presidente Volodímir Zelenski confió en el respaldo de Occidente para sostener la guerra contra Rusia, pero ahora enfrenta una disminución en la asistencia militar, lo que podría dejar a Ucrania en una posición de dependencia o subordinación frente a potencias extranjeras.
El mandatario colombiano ha enfatizado la necesidad de buscar soluciones diplomáticas a los conflictos internacionales y ha señalado que la mejor salida para Ucrania sería un diálogo directo con Vladímir Putin, en lugar de continuar dependiendo del apoyo de Estados Unidos y Europa. Petro ha expresado anteriormente su rechazo a la prolongación de las guerras mediante el suministro de armas y ha insistido en que la paz debe ser la prioridad en las relaciones internacionales.
Estas declaraciones han generado debate, especialmente porque Petro ha sido un crítico recurrente de la política exterior de Estados Unidos y de la intervención de potencias occidentales en conflictos como los de Palestina y Ucrania. Su postura se alinea con un llamado más amplio a una política global que favorezca el diálogo y la autonomía de los países en conflicto, evitando la injerencia de terceros que puedan perpetuar situaciones de dependencia política y económica.