Desde el municipio de La Gloria, en el departamento del Cesar, el presidente Gustavo Petro encabezó este viernes un acto de entrega de tierras a campesinos como parte de su política de reforma agraria. En concreto, se adjudicaron 1.910 hectáreas de la hacienda El Amparo, un hecho simbólico dentro del enfoque del actual Gobierno de promover una distribución más equitativa de la tierra en Colombia.
Durante su intervención, sin embargo, Petro aprovechó la ocasión para lanzar críticas directas al expresidente Juan Manuel Santos, en respuesta a recientes declaraciones en las que este cuestionó la estrategia de seguridad y paz del actual Gobierno. Santos había señalado preocupaciones sobre el avance y fortalecimiento de las disidencias de las FARC, un fenómeno que ha tomado fuerza en los últimos años y que, según él, requiere una política de seguridad más efectiva.
Petro replicó estos señalamientos responsabilizando también al gobierno de Santos por el resurgimiento de las disidencias, argumentando que parte del problema se deriva de fallas en la implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016. Para el mandatario, el no cumplimiento integral de lo pactado abrió la puerta al rearme de algunos sectores que habían dejado las armas.
La confrontación pública entre ambos expresidentes refleja una creciente tensión dentro del espectro político colombiano en torno al enfoque de paz total que promueve Petro. Mientras Santos representa una visión centrada en el acuerdo de La Habana con las FARC como base estructural del proceso de paz, Petro propone una aproximación más amplia, que busca diálogos simultáneos con varios actores armados.
El acto en La Gloria, que debía ser netamente institucional y relacionado con el acceso a la tierra, terminó siendo escenario de un nuevo capítulo en el debate político sobre la seguridad y la paz, dos de los temas más sensibles del país.
