Tensión entre Gobierno y Banco Central: Petro celebra caída inflacionaria pero critica política monetaria restrictiva

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, celebró públicamente la reciente reducción de la inflación en el país, que en marzo de 2025 se ubicó en 5,09%, la cifra más baja registrada durante su gobierno. Esta caída en el índice de precios fue interpretada por Petro como una señal del buen desempeño de su administración en materia económica. Sin embargo, su mensaje también incluyó una fuerte crítica al Banco de la República, que decidió mantener la tasa de interés de referencia en 9,5%, sin recortes desde hace varios meses.
Petro afirmó que la decisión del banco central “frena la economía” y obstaculiza la expansión de sectores productivos y el consumo. Según él, las altas tasas restringen el crédito, impiden la inversión privada y afectan negativamente el crecimiento económico, justo en un momento donde los indicadores muestran signos de mejoría. El mandatario pidió que se evalúe con más responsabilidad el impacto de la política monetaria sobre el bienestar de la población y el desarrollo nacional.
Las críticas del presidente se suman a un ambiente de tensión entre el Ejecutivo y el Banco de la República, que ha defendido su autonomía constitucional y técnica. Leonardo Villar, gerente del banco, respondió que las decisiones de la junta directiva se toman con base en criterios técnicos y en un análisis riguroso de la economía, incluyendo las expectativas de inflación, la situación fiscal del país y el comportamiento del mercado internacional.
Villar rechazó la idea de que la entidad actúe con sesgos políticos y subrayó la necesidad de mantener una política monetaria prudente para consolidar la estabilidad económica. A su juicio, una reducción prematura de las tasas de interés podría provocar un repunte inflacionario o generar señales erradas en los mercados financieros.
Este cruce de posiciones refleja una diferencia de enfoque entre el Gobierno Nacional y el banco central: mientras Petro promueve una política económica más expansiva, centrada en el impulso de la demanda y la producción interna, el Banco de la República mantiene una postura más conservadora orientada al control de la inflación y la estabilidad macroeconómica.