El poder detrás del trono: Los cuatro asesores económicos de Vicky Dávila en su carrera presidencial

En un movimiento estratégico que busca consolidar su candidatura a la presidencia, Vicky Dávila presentó públicamente a cuatro de sus principales asesores económicos, una acción que revela tanto las prioridades de su campaña como la narrativa que pretende construir frente al electorado. Estos nombres, seleccionados cuidadosamente, son un reflejo de su intención de posicionarse como una líder que combina experiencia técnica con sensibilidad social en medio de un panorama político polarizado.
¿Quiénes son los asesores y qué representan?
Los elegidos no solo tienen trayectoria, sino que también encarnan diferentes enfoques económicos. Entre ellos se encuentran:
1. Alejandro Ramírez, exdirector del Departamento Nacional de Planeación y defensor de políticas basadas en sostenibilidad fiscal. Su enfoque se centra en la reforma tributaria progresiva y la consolidación del gasto público en sectores clave como educación y salud.
2. Laura Espinosa, economista especializada en políticas sociales, ha sido una voz crítica frente a las desigualdades estructurales. Espinosa buscará articular programas de redistribución que combinen eficiencia con impacto social.
3. Jorge Rojas, un tecnócrata reconocido por su participación en organismos multilaterales, quien aboga por la modernización de la economía digital y la integración de Colombia en cadenas globales de valor.
4. Diana Castillo, experta en transición energética, con énfasis en el desarrollo sostenible y las estrategias para diversificar la matriz económica del país más allá de los hidrocarburos.
El mensaje de la campaña
Dávila enfatizó que estos asesores no solo están diseñando un plan de gobierno, sino que también forman parte de un pacto para construir un país más justo y competitivo. “No se trata de recetas viejas ni de fórmulas mágicas, sino de soluciones realistas que conecten con las necesidades de la gente”, afirmó la candidata durante la presentación.
Este equipo envía un mensaje claro: la apuesta de Dávila no es solo económica, sino también simbólica. Busca romper con la narrativa de políticas de corto plazo para dar lugar a propuestas más estructurales y técnicas.
Desafíos y preguntas abiertas
Aunque esta presentación es un movimiento político calculado, la estrategia no está exenta de riesgos. La campaña de Dávila deberá demostrar que estas ideas pueden ser aterrizadas en un Congreso dividido y que sus asesores pueden conectar con las demandas de una ciudadanía que exige soluciones rápidas a la crisis económica.
Con estos anuncios, Vicky Dávila posiciona su candidatura en un lugar de mayor seriedad técnica y visión estratégica. Sin embargo, queda por ver si estos rostros, que representan promesas de estabilidad y progreso, logran resonar con el electorado en una campaña que ya comienza a ser ferozmente disputada.